Reescribir la historia

Reescribir la historia

Esta es la boda de mis abuelos.

Tenía tantas ganas de pintarla...
En mi cabeza, la escena era perfecta:
un día claro en el campo,
una mesa sencilla y hermosa.

Pero al empezar, algo no encajaba.
Sentí que aquello que salía de mis manos
era torpe, ajeno, sin alma.

Así que lo dejé a un lado, y empecé de nuevo.

Esta vez quise hacerlo distinto.
Y abandonando los tecnicismos
comencé por los detalles.
Y así fue tomando forma la imagen,
tal como yo la quería.

Esta foto me recordó que no importa si la primera vez no sale.
Que los fracasos no son finales, sino puertas.
Y que siempre se puede volver a empezar.

Como lo hizo mi abuela.
Que, a pesar de que su historia de amor no tuvo el final ideal,
empezó de nuevo.
Tuvo el coraje de hacerlo.

Y como la vida va de eso:
de borrar con ternura,
de volver a trazar,
de reescribir las historias...

Quise darles otra escena.
Desde el amor y la memoria,
Un nuevo inicio.
Esta vez de más fiesta y más color.

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